Antes que mujer numérica, soy mujer

Ser mujer es lo que me define dentro de la categoría persona. Es lo que me hace ser consciente de mi realidad diferente a la de los hombres. Acepto las diferencias sin por ello sentirme inferior o menos importante, aunque a lo largo de la historia se nos haya tratado como si lo fuéramos. Está en nosotras comprender y aceptar que esas diferencias nos hacen más vulnerables y está en nosotras elaborar estrategias que nos protejan de nuestra vulnerabilidad. En lenguaje claro y directo esto significa que la naturaleza nos dotó con menos talla, menos fuerza física, nos obligó a engendrar, parir y criar a nuestra descendencia y eso nos convirtió en el sexo débil, en el sexo frágil y en algunas culturas en el sexo impuro.

No se trata de leyes ni gobiernos. Se trata de mujeres y de inteligencia. Por más que gritemos, por más que nos manifestemos, por más que levantemos la voz, no cambiaremos el sistema. Es curioso que pedimos eliminar el paternalismo de los gobierno, pedimos que las leyes sean más duras para los transgresores de dichas leyes. Pero también es cierto que a la vez pedimos leyes paternalistas y leyes que no impedirán que haya violadores ni maltratadores. Esta bien que las leyes y los gobiernos protejan a los más débiles, pero los débiles también tienen que aprender a protegerse ellos si quieren cambiar algo.

Yo propongo hacer un viaje por el cambio conceptual de la debilidad, o es que acaso  ¿no tenemos fortalezas?

¿Quien educa a hombres y mujeres? ¿Quien maneja la economía mundial? , o lo que es lo mismo, ¿Quien dirige el mayor número de PIMES del planeta?

No os lo voy a decir. Pensad, que para eso tenéis  un cerebro con cien mil millones de neuronas.